miércoles, 2 de mayo de 2012

The Spongetones
Cazando melodías


En muchas ocasiones resulta desarmante la facilidad que unos tipos demuestran para componer melodías. Todos aquéllos que alguna vez hemos compuesto música sabemos que unir notas tratando de formar algo que tenga un sentido melódico es algo más que un momento de inspiración. La melodía tiene vida propia, y es capaz de esconderse en los lugares más recónditos.

Ah, pero cuando uno la encuentra! Cuando de repente eres consciente que has osado entrar en sus dominios y ésta se ha entregado como si estuviera esperándote. Te sientes el ser más feliz del mundo. Lo has hecho, tienes una melodía de esas que son capaces de estrujarte de por vida. (...)


Por eso, cuando ves que hay gente (no mucha) que es capaz de armar canciones como si fuera lo más normal del mundo, no puedes dejar de admirar su talento. Jamie Hoover, Steve Stoeckel, Rob Thorne y Pat Walters comenzaron a cazar melodías en su natal Charlotte, Carolina del Norte. Y al principio, como una manera de encontrar el camino hacia la guarida donde pernoctan, lo hicieron como grupo de versiones de Beatles y todo lo que sonara a Mersey Beat. Qué mejor sendero que el marcado por los más grandes cazadores que la cinegética musical haya dado nunca.

Ese fue el inicio de The Spongetones. Simplemente un grupo de versiones de la música que amaban. Simplemente gente que sabían que Beatles, Searchers, Zombies, Kinks, Dave Clark 5 habían construido los cimientos de algo que perduraría por siempre. Pero claro, tanto transitar los senderos hacia la guarida, encontraron su propio camino. Y en 1982 publicaron su primer LP, Beat Music, en Ripete Records. Para qué andarse con rodeos, desde el mismo título del disco queda claro el contenido. Puro sonido sixties, pura esencia british, puras composiciones llenas de melodía y fuerza. Porque la seña característica de The Spongetones es que lograron llevar un paso más allá su amor por una música concreta. Sí, todo el disco suena a Beatles por los cientos de surcos, pero son capaces de encontrar su propia personalidad, más allá de las influencias. Son capaces de abandonar el simple calco para aportar algo más. Y en directo, cuentan las crónicas que asumían la urgencia de los 80, un power-pop energético y lleno de fuerza.

Dos años después, publican un EP de nombre Torn Apart que continúa la obra iniciada, con la misma repercusión. Esto es, escasa en el público general (vaya novedad), militante en los amantes de la música sixties (vaya novedad) y muy elogiosa en la prensa especializada (vaya novedad). Pocas veces grupos de esta calidad trascienden más allá de quienes gustan de buscar y husmear joyas que mantengan viva una música de coordenadas tan delimitadas. Y, aunque supongo que los grupos no son de esta opinión, tal vez sea lo mejor a la hora de preservar la esencia de su música. Años después, en 1994, Black Vynil publicaría estos dos trabajos conjuntamente, Beat & Torn, en un disco que se antoja absolutamente esencial en cualquier colección que tenga el power-pop como pauta y avenida principal. Destacar canciones concretas entre esta colección de joyas es una tarea innecesaria. Prácticamente todas mantienen un nivel excelso, y es un ejercicio de refinada alegría disfrutar esta compilación como un todo.

The Spongetones continuaron (y continúan) con su carrera. En discos como Where-ever-land derivaron más hacia tonalidades psicodélicas, tal vez buscando esa ampliación de público, que no encontraron. Y, afectados por ello, tras un parón de cuatro años, retoman con Oh Yeah! (1991) el punto y seguido que habían marcado en Beat & Torn.

Así que dejemos aquí la senda marcada, para que otros osen aventurarse por estos caminos y llegar hasta su obra más reciente, que tiene en Scrambled Eggs (2009), de momento, su última palabra.
Sirvan estas melodías para reivindicar un grupo, y al menos un disco, Beat & Torn, absolutamente esenciales.
Y reivindiquemos, igualmente, nuestro amor por (casi) todos los grupos que tienen la palabra “tones” en su nombre.
De tonos está la vida hecha.

Suena la corriente: "Here I go again" - The Spongetones



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