jueves, 7 de agosto de 2008

Tras tres meses

Cómo volver a enfrentarse a estos cauces. Tal vez no merezca la pena hacerlo. Si acaso saludar para decir que estoy vivo. Aún.

Hubo boda, celebración, risas, amor. Como ya otros han contado (gracias). Yo, me lo guardo para nosotros.(...)



Hubo viaje, como mandan los cánones, no escritos, seguramente. Cuba pasó bajo nuestros pies y sudó bajo nuestros cuerpos. Tratamos de evitar algunos caminos trillados, caminos de papel cuché. Nunca se consigue del todo. Y Ella tuvo los ojos más abiertos y certeros. Y no tengo palabras (casi nunca las tengo) para explicar qué se siente al navegar juntos.

Después, tras las buenas nubes, llegaron las malas. El cielo siempre tiene estas sorpresas. Las aguas corrieron, y el río, rojo barro, rojo tierra, río rojo, se hizo más presente que nunca. La casa, nuestra recién compartida casa, nuestra recién estrenada casa, se hizo río.
Ya, lo material se puede recuperar. Pero es acaso material los libros que han alimentado un pasado? Es realmente material tu colección de vinilos, todos y cada uno de los cuales tenían una historia (porque el plástico atrapa el momento como nunca lo hará el audio digital)? Es material perder parte de tu pasado?
Tras la inundación, hubo un querido amigo (y dos, y tres, y cuatro,...) que sólo podía decir qué horror, qué horror.
Pero de todo se sale. Tal vez con no recordar. Tal vez con sólo seguir navegando.

Después, el almacén virtual cambió por razones obligadas, y el Río Rojo perdió todas (casi) las fotos. Se quedó desnudo, mostrando torpes palabras deslavazadas. Volver a ponerlo en orden sería arduo. Más de 400 post.

Merece la pena hacerlo?
En esas estoy. Sopesándolo.

De momento, sigo/sigan disfrutando de nuevas/viejas músicas.
Por los viejos días.


Suena la corriente: "Old Days" - John Hiatt

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