domingo, 10 de junio de 2007

Te la debo

Es lo que tiene. La música. Que amansa. No sé si a las fieras, seguro que a los amargados. Un día más, justo antes de dar al click y subir un texto en el que resbalaba toda mi bilis, me paro. Joder, deja ya de ensuciar el río. Que ocho terroristas se reúnan en un pueblito alemán y la policía, en lugar de detenerles, cargue contra la gente que protesta por ello, es parte de este juego. Que aquí todos sigan con sus basuras, es parte del juego. Que de lunes a viernes te sientas ahogado, y encima aprieten, es parte del juego. (...)


Así que tú vuelve a lo tuyo. Posiblemente no tengas nada nuevo que contar, que decir, que cantar. Pero sí, rebusca y agárrate a esas voces, a esas guitarras, a esas emociones que te hacen bien.

Pasa las horas, hoy, con los Replacements. Porque tienen la misma rabia que tú, pero la cantan infinitamente mejor. Porque editar tres joyas seguidas como Let it be, Tim y Pleased to meet me está al alcance de tan pocos, que te hacen sentirte pequeño. Pero gozosamente pequeño, por poder disfrutarlas.

Y luego, que la tarde es larga, recupera la emoción que sentiste cuando Paul Westerberg te regaló, allá por el 93, aquellas 14 songs que te demostraban que era grande, muy grande. Que tenía la pulsión que tú siempre has buscado. Que es un pedazo de derramador de sentimientos. Justo lo que tú querrías ser.

Porque tú también tienes un corazón disléxico, que no sabe leer que lo importante es sólo Ella y algunos Ellas/Ellos. Y que el mundo, tal como está montado, es prescindible.

Sí, se me escapa.
Un día de estos me hago mirar por dentro y me arreglo.

Gracias, Paul.


Suena la corriente: "Dyslexic heart" - Paul Westerberg