domingo, 22 de abril de 2007

Seres al sol

Ah, qué fantástica esta sociedad que nos hemos montado, que a cualquier problemilla le pone un nombre y ya estamos tranquilos. Y si ese nombre es un síndrome (o un virus si se nos resiste la inventiva), entonces ya quedamos de lo más modernos. (...)


Yo, que no soy otra cosa más que un viejo cascarrabias al que sus biorritmos se le derriten a cada cruce de calles, sé que siempre tengo para cada ocasión una excusa a la medida. Y ahora toca la astenia primaveral, el fabuloso síndrome de la primavera, de síntomas tan habituales en el ser humano como nuestra inherente majadería.

Y no, no creo que sea el buen tiempo. Lo achaco más bien a una cuestión de mis genes humorísticos, que se me revolucionaron un buen día (por las hormonas o por la mala vida, vaya usted a saber), y ahí siguen, buscándose aún hoy entre ellos. O bien será uno de mis yoes, de aquéllos que ya presenté en sociedad hace tiempo.

Pero la naturaleza es sabia, se preocupa por nosotros, nos mima, y nos busca remedio.

Y a mi lado, piel con piel, Ella florece a cada rayo de sol, y mis genes se arrebujan a cada sonrisa.

Y es que como dijo el otro, Ella es feliz al sol.
Y yo.
Seres al sol.

P.D.: la primavera (con síndrome o sin él). Ya se sabe.


Suena la corriente: "She's only happy in the sun" - Ben Harper