miércoles, 24 de noviembre de 2004

Bendita pereza

Nada, nada, ya no es necesario optar por métodos digamos revolucionarios, rupturistas, drásticos para acabar con el sistema. La inventiva del ser humano es tan grande que ahora se nos propone hacerlo desde dentro, de manera relajada y cómoda. Eso sí, por medio de un método que lleva utilizándose (que llevamos utilizando) desde tiempos muy antiguos.

La francesa Corinne Maire, elevada a musa contracultural por no pocos medios, nos propone en su libro "Buenos dias, pereza" una serie de estrategias para sobrevivir en el trabajo de una manera simple: cruzándonos de brazos y convirtiéndonos en parásitos. Propone que utilicemos en nuestro provecho la empresa que nos emplea, frente a lo habitual, que sea ella la que nos utilice, y nos explica cómo trabajar lo menos posible nos beneficia y va minando poco a poco el sistema. Al fin y al cabo, como afirma, los trabajadores, más desmotivados que nunca, sólo tienen una meta: cobrar a fin de mes.

Yo, utópico y romántico, siempre vi con nostalgia los adoquines volando sobre las calles de París aquel lejano Mayo, las flores de la revolución de terciopelo aquella primavera en Praga, los humos hippies protestando contra la guerra de Vietnam, los barbudos echando al sátrapa desde el Malecón, los muros humanos contra los tanques en Tiananmen, los melenas protestando por un mundo mejor en Seattle. Nada de esto siguió adelante, y lo que lo hizo, se desvirtuó.

Yo, como siempre, culo inquieto pero con posaderas bien asentadas, revolucionario de pacotilla, contracultural desde el sistema, vamos, burgués de tomo y lomo, si no de conciencia, si de actuación, pocas veces he movido un dedo.

Pero mira por donde, igual esta vez me apunto al carro. Además, la acción propuesta es altamente gratificante. Bendita pereza.

Mmm, las enseñanzas del bueno de Peluche empiezan a cuajar.



Suena la corriente: "Origin Vol. I" - The Soundtrack of Our Lives