martes, 27 de julio de 2004

¿Verdad o ilusión?

La conoció una noche de juerga, celebrando una despedida de soltero que duró tres días. Estaban en una frontera casi sin ley entre dos países donde aquélla tampoco imperaba mucho. Al principio le hizo gracia que cobrara, al fin y al cabo, es lo que habían ido buscando. Se cayeron bien, y ya se empezaron a ver con asiduidad y sin intercambio pecuniario.

Solían quedar entre sus jornadas laborales. Al finalizar la de él, le llamaba, daban un paseo, cenaban algo, tenían sexo, y luego ella se preparaba para iniciar la suya.

Nunca se echaron en cara nada. Eran dos personas completamente libres, hicieran lo que hicieran con sus vidas y sus trabajos. No podían juzgarse, no podían exigirse.

Meses después, un día ella le comentó que dejaba todo aquello y volvía a su pueblo del interior. Que gracias. Que le recordaría.

Un amigo le comentaba que él había ayudado en ese cambio. Pero él lo único que sentía era que había sido un poco cabrón.

Rewind real.
Rewind virtual.

La conocí.
Estaba.
Me hizo.
Había ido.
Nos caímos.
Nos empezamos.
Solíamos.
Nuestras jornadas.
La mía.
Dábamos.
Cenábamos.
Teníamos.
Nos echamos.
Éramos.
Hiciéramos.
Hiciéramos.
Nuestras.
Nuestros.
Podíamos.
Juzgarnos.
Exigirnos.
Me comentó.
Me recordaría.
Me comentaba.
Yo había.
Yo sentía.
Un poco cabrón.



Suena la corriente: "Viridiana" - Joaquín Sabina