martes, 9 de marzo de 2004

Abotargado

Inicio a primera hora de la mañana el rutinario deambular de boxeador sonado, poner a hacerse el café (cargado, cargado), ventilar la habitación, encender la radio y meterme bajo la ducha (y algún que otro menester que no me apetece contar por aquí). Por más que el agua empieza a caer, el abotargamiento tarda en desaparecer.

Y las noticias empiezan su flagelo diario, amortiguadas por el agua. No se qué de que hay que ir a votar, que la abstención es mala, malísima, y que debido a ella, Hitler controló el poder. Y me digo aún somnoliento que vaya huevos, parece que la izquierda empieza a decir las verdades como puños que muchos llevamos repitiendo un tiempito.

Y luego algo del alcalde de Toledo, que repite que una vez que llegó Hitler al poder, hizo lo que hizo. Coño, ¿Toledo tiene alcalde de IU? Vaya, como se está poniendo el patio. Seguro que se refieren a la guerra criminal e ilegal (cómo me jode, como si hubiera guerras no criminales y legales, pero en fin, es lo que hay) a la que se lanzaron por poder y dinero.

Bueno, que se me empiezan a arrugar los dedos, y aún queda el afeitado, el acicalamiento (que no, que es un decir), el desayuno y el partir raudo a un precioso y plácido día de trabajo por la cuenta de un ajeno. Apago la ducha y ahora sí que escucho la radio sin interferencias.

Y al hacerlo más atentamente, me pregunto si aún estoy dormido. O sea, que lo de la abstención, lo de Hitler y lo demás lo han dicho los del PP. Pero cómo, ¿estaban hablando de sí mismos? ¿Se han vuelto definitivamente majaretas? ¿Pero qué mierda de país (esta frase sí que nunca mejor dicha) es éste?

Pues sí, es la mierda que nos ha tocado vivir, y que mucho me temo nos va a tocar unos cuantos años más. Al menos, es nuestra mierdita, que dicen algunos.

Pues la mía no, qué coño. Creo que sí voy a votar.



Suena la corriente: "All years leaving" - The Stands