sábado, 18 de octubre de 2003

El gen erróneo


Mmmmm...... no creo que mi visión no muy alegre de la vida me convierta en un pesimista. Tal vez un disconforme. ¿Son muy distintos un disconforme y un inconformista? Yo creo que si. Pero no son horas...
Y realmente, lo que menos me gusta es el ser humano como tal. Tengo la teoría de que somos malos hasta que no se demuestre lo contrario. Si dominamos el mundo es por ese gen, hálito, espíritu o lo que sea que nos dotó de raciocinio. Y ya vemos para qué usamos esa inteligencia. No creo que seamos la especie superior. Dominamos, pero no gobernamos. No gobierna quien destruye su propia casa. Acaso ese gen (o lo que sea) de la razón esté corrupto, sea deforme, un error de la naturaleza.

Las cosas buenas no me compensan del todo las muchas malas, aunque me aferro a aquéllas porque en ello me va la vida. El listado negativo es mucho más largo que el positivo, pero hay que crear la ilusión de que éste tiene mucho más valor.

Por temas que no vienen a cuento, hoy hablaba con ella de estas cosas. Ella está en esa especie de libro mayor sin el cual todo sería más difícil. Y espero sepa cuán alto.

Así que no me queda otra que agarrarme a esos pequeños momentos de ... eh... uhh ... ejem, llamémosle, felicidad. Y espero que el argentino Ariel Rot vuelva a proporcionarme un ratito de esa gloria bendita que tan bien sabe entregar. Sus conciertos con el también argentino teclista Ciro Fogliatta hace años, sin disco en la calle, repasando decenas de blues arrastrados, con una copita de Rioja encima del bafle y esa chulería elegante a la guitarra también pujan alto en ese libro mayor del que hablaba.

Ahora anuncia un disco acústico, más un ensayo entre amigos que una grabación en toda regla. Con canciones de sus varias etapas. Y espero con ese sentimiento del que casi todos los argentinos saben dotar al rock de guitarras en castellano. ¿Por qué aquí cuesta tanto expresar lo mismo?

Me da igual que ahora vuelva a recuperar parte de la popularidad perdida, ni que tenga que compartir su música con la histérica del tercero. Es más, me alegro por él. Ojalá se invite a una buena botellita de Rioja la próxima...