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viernes, 13 de agosto de 2004

Me las merezco (creo)

Pues bien, ya que todo el mundo cuenta, alardea y hace gala de sus maravillosas vacaciones, he decidido no ser menos. Ahora me toca a mí. Vais a saber lo que es bueno.

En fin, tampoco es para tanto, seamos sinceros. Quince simples días que espero sean suficientes para desconectar de algunas cosas, y reconectar con otras.

Y mañana me agarro el petate, me agarro a Ella, me agarro al asiento del avión y me voy para Amsterdam. Que me han dicho que hay unos canales muy bonitos. Unos cuadros de pintor sin oreja que quitan el hipo. Unos mercadillos que actualizan el ropero en un instante. Unos conciertillos de lo más amenos (ya tenemos nuestras entradas para ver a Mark Lanegan el martes, así tendré base para opinar de cara a su visita al Azkena Rock). Ah, y también he oído por ahí que hay unas Gutiérrez de lo más sabrosas (nada, nada, que solo me lo han contado).

En fin, una semanita por esa Europa (vieja o nueva) que nos desintoxique de estos fardos que cargamos.

Que ustedes lo pasen bien, y ya veremos si somos capaces de encontrar puertos donde recargar el depósito de este navío.



Suena la corriente: "Amsterdam" - David Bowie (Jacques Brel)

miércoles, 11 de agosto de 2004

Un año de travesía

No tenía mucha idea en qué podía derivar este caudal (aunque me inclinaba porque se convirtiera en un mero afluente). Un año después sigo sin tenerlo muy claro. Pero el tiempo pasa rápido. Y al menos, sigo estando plenamente de acuerdo con el subtítulo. Continúo dando mis paseos por el río que empapa la vida (vale, algo pretencioso, pero uno es así).

Más de 10.500 visitas (un dato no muy fiable, cierto, que yo me visito a menudo), más de 150 escritos (unos mejores, otros peores, algunos olvidables, varios muy queridos), tropecientos comentarios (esos sí que no los tengo contabilizados, al fin y al cabo, son vuestros) y algunas personas a las que ya considero puertos por derecho propio de este río.

No es mal balance. Nada pretendía al integrarme en este festival de vanidades que son las bitácoras, luego no me quejo. Ni idea cuándo desembocará en el mar. Algunas veces he pensado que estaba apunto de hacerlo, pero tras el meandro, el horizonte continuaba lejos.

Así que seguiremos navegando. Solo eso.
Con vosotros, tripulantes.
Y como todo marino que se precie, con Ella de bandera.



Suena la corriente: "Happy birthday to me" - Cracker

jueves, 5 de agosto de 2004

Guitarras dignas

Los neocon norteamericanos enrojecerán de ira. Y lanzarán toda una sarta de improperios. Son expertos. Escondida bajo esa denominación está la extrema derecha de toda la vida, la que entiende la democracia simplemente como una vía más para el beneficio empresarial, la que acepta la vida humana siempre que coincida con su interés, la que no duda en disparar a la sien (metafórica o literalmente hablando) contra quien esté enfrente de ella. Ahora se llaman de otra manera, pero son los mismos.

Los mismos que en España se llaman liberales. Está de moda cambiar el apelativo.

El caso es que un grupo de músicos americanos ha organizado una gira bajo el lema Vote for Change (Vota por el cambio). Y ahí están Bruce Springsteen, R.E.M., Jackson Browne, Dave Matthews, Death Cab for Cutie, John Fogerty, Ben Harper, John Mellencamp, My Morning Jacket, James Taylor, y más gente, todos ellos con altar privilegiado en mi santuario particular. Serán presentados por MoveOn PAC y en apoyo de la organización America Coming Together (ACT).

Todos estos movimientos, más que un apoyo al candidato John Kerry (que de hecho sí que lo es), pretenden hacer ver a miles de americanos que el actual presidente George W. Bush y toda su camarilla son algunos de los infraseres más peligrosos que actualmente campan por el mundo.

Esos neocon, rojos de ira, les llamarán antipatriotas, enemigos de la libertad, conniventes con los terroristas. Les echarán en cara su patria, su religión, su democracia.

Nada que no haya pasado por aquí. Estos liberales también escupen antipatriotismos, antiamericanismos, anticristianismos. Pero yo le escupo a su patria, a su religión, a su democracia. No son las mías.

Releo esos nombres y da gusto, mucho gusto.



Suena la corriente: "R.O.C.K. in the U.S.A." - John Mellencamp

miércoles, 4 de agosto de 2004

Domingo 1 de Agosto: El día en el que cerraron las puertas

Andy, desde Paraguay, me remite este correo. Espero que a su autora no le importe que lo publique. Por y para mi "otra gente"

"Que diferente esta todo.  Las calles de Asunción están mustias y solitarias, pareciera que todo se detuvo por un momento, esperando despertar de una pesadilla. El silencio aturde, ensordece, y el aire que se respira es un aire de agonías. Los rostros ardiendo se apoderaron de los vientos y nos dieron parte en dolor de su muerte.

En el denso silencio, solo se escuchan los gritos de nuestros amigos, de nuestros vecinos, de la abuela con los regalos, del chico del carrito, del señor de las verduras, de nuestra gente, de nuestro pueblo suplicando por un segundo más, un segundo solamente, para intentar salvar sus vidas de la furiosa llama de la muerte.

Eran familias enteras en un domingo de supermercado preparando el entrañable almuerzo familiar, eran festejos, eran madres y padres llevando con amor el sacrificio de todo un mes a la casa, eran niños eligiendo lápices de colores para las tareas de la escuela, eran madres eligiendo las mejores verduras para sus hijitos, eran niños deseando impactados unos juguetes, eran sueños, eran proyectos, eran vidas.

Creo que se los puede escuchar aún:
- ¿Mamá por qué cerraron las puertas?
- ¡Señor no queremos robarle, es que nos cuesta respirar, es que nos lastima el fuego!
- ¡Cuidado, no pisen a la niña!
- ¡ Abra Señor, mis hijos me esperan!
- ¡Abra Señor mi familia esta adentro!
- ¿Papá?
- ¿Mamá que pasa?
- ¡ Señora siga caminando!
- ¡Abuelo no te mueras!
- ¡Abra por favor!,
gritos que retumban en nuestros oidos y no nos dejaran olvidar el dia que se cerraron las puertas a sus vidas.

Más de trescientos cuerpos presos en una lujosa y moderna trampa de muerte, trampa de colores con olor a pan fresco, caldera con ductos de aire acondicionado, templo mezquino de fieles ingenuos.

Estuvimos con ellos, quisimos defenderlos, quisimos ayudarles a respirar, tiramos piedras contra la trampa y rompimos sus ventanas, abrimos huecos en las paredes de la trampa, pero la trampa era demasiado fuerte y el fuego traicionaba a su favor.

Hoy hay puestos de trabajos vacíos, hoy hay sillas en las guarderías vacías, hoy faltan abrazos de madres, hoy faltan consejos de abuelos, hoy falta alguien que empuje la hamaca, hoy sobra un plato en la mesa, hoy falta una canción, hoy falta uno en el equipo de fútbol, hoy faltan los que cayeron en la trampa.

Familias enteras se enfrentaron al fuego tomados de los brazos, otras personas lo hicieron abolutamente solas, ancianos, jóvenes, niños, pero todos estaban unidos en un solo grito que hizo temblar la tierra y la trascendió, dando testimonio del dolor, la desesperación, la impotencia,
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ABRAN LAS PUERTAS!!!!!!!!!!!!.
Se abrieron las puertas del Cielo."



Suena la corriente: "Door" - Van Der Graaf Generator

lunes, 2 de agosto de 2004

Tristeza guaraní

Soy de esas personas que tratan de identificarse lo máximo posible con el lugar donde se encuentran y las gentes que lo habitan. No, no siempre se consigue, pero cuando lo haces, experimentas una sensación de expansión muy difícil de limitar.

Cinco años de mi vida viví en Paraguay. Llegué solo, sin conocer a casi nadie. Las relaciones que pudiera establecer tenían que suplir la ausencia de mi gente. Y fueron tan intensas, que pasaron a engrosar lo que yo llamo mi "otra gente". Yo no soy de un sitio. Soy de muchos. A ningún sitio le juraré fidelidad, lealtad o sentimiento eterno. Se lo haré a muchos. No tengo raíces, y tengo muchas.

Leer los sucesos de ayer me espanta, me apabulla. Y empieza el goteo casi imperceptible de señales, de correos, de llamadas, de funestos listados, para comprobar que toda mi "otra gente" está bien. Parece que sí.

Pero quién sabe si alguna vez, en algún momento fugaz, estreché una mano, di un abrazo, intercambié alguna conversación, crucé una mirada, dejé un beso, recibí una caricia, compartí un lecho con/a/de alguna de esas personas que ya no están. La vida está hecha de momentos y gentes que perduran, y de otros fugaces, que pasan sin hacer ruido, que se olvidan, para recordarlos entre brumas futuras.



Suena la corriente: "Curuzú Verá (Al natural)" - Paiko