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martes, 19 de agosto de 2014

Los Mambo Jambo + The Excitements
Algara Konpartsa, Bilbao (18/08/2014)
Rubia + Álvaro Segovia
Ambigú, Bilbao (16/08/2014)
Astenaguseando


Habremos de aceptar que esto de las fiestas populares no es para gente de pequeña barcaza como la que surcamos este Río. Las aglomeraciones nos acongojan, tan amorfas y desnortadas, y un acto como la Aste Nagusia de Bilbao pasaría absolutamente desapercibido para nosotros si no fuera por los pequeños rincones musicales. Que aún y todo, siempre estarán lejos de los fastos oficiales programados. Hablando de éstos, tal vez habría que dilucidar cuál es el papel que la música desempeña para nuestros próceres, aunque vistas las pintas que gasta el consistorio, no quedan muchas dudas. (...)


Así que no queda otra más que remangarse y no salir de nuestras habituales orillas, que siempre hay gente dispuesta a darnos una buena ración de píldoras. Como el Ambigú, que el sábado pasado, y como apertura de fiestas, nos brindaba una velada íntima en manos, voces, teclados y guitarras de Sara Iñiguez/Rubia y Álvaro Segovia. Siempre una delicia que no palidece ni un momento paseando por entre el You’re so vain de Carly Simon o por entre el mucho más intrincado Can’t find my way home de Blind Faith, refrescados entre sus propios Mary, Party o People, canciones incluidas en el último trabajo de Rubia, un disco, Barman, del que pronto daremos la cuenta que merece. 

Y ayer lunes, Algara Konpartsa demostraba que en estas fiestas su escenario va a ser uno de esos lugares que echarán humo en más de una ocasión. Como ocurrió con Los Mambo Jambo, aunque en su caso cualquier escenario que se ponga bajo sus zapatos tenderá indefectiblemente a la combustión. Porque son una perfecta maquinaria de rock’n’roll, en la que el atributo instro realmente no es necesario. El saxo de Dani Nel.lo ocupa perfectamente el papel que correspondería a la voz, y su propia ejecución sobre el escenario deja como principiantes a más de un tonadillero del rock. Pero es que lo suyo es de raíz, lo suyo es recuperar el pellizco lúdico del rock, el que viaja del mambo de Fregona al negro sabor de Poderosa con parada en el pasodoble disfuncional de Sombras del Este, la arrastrada, gustosa y juguetona Jambo Walk, Un baile hipnótico en el que Dani alcanza el paroxismo y el sudor de toda una Work Song. Dani y Mario Cobo se citan, se interrumpen, enfrentan saxo y guitarra, se mueven, saltan y agitan, mientras la imponente presencia de Kovacevic y su contrabajo son algo más que un contrapunto a la batería de Antón Jarl, que incluso en la soberbia lectura de Impacto Inminente tiene su momento de lucidez en solitario. Sinceramente, el instro-rock vive tiempos de auténtica gloria, algo realmente sorprendente por la característica minoritaria a la que siempre se ha visto reducido, pero también algo simplemente lógico con bandas como Los Mambo Jambo. Si el sonido jambofónico es esto, que aquí queden nuestras orejas.

Y si el instro-rock vive tiempos de gloria (a ver, dentro de un límite, tampoco creamos ahora que la gran masa va a despertar de golpe al buen gusto), la negrura basada en el soul, el blues, el gospel y la raíz más oscura del alma no le va a la zaga. Y cuando The Excitements acometen canciones como Sometimes too much ain’t enough, con ese aire al Everybody... de un Solomon Burke transmutado en la explosiva menudez de Koko-Jean Davies, uno sabe que donde hay, puede manar excelencia. La que entrega canciones como Ha Ha Ha, donde la Davies da rienda suelta a sus entrañables aires de diva soul con perorata feminista, la fortaleza rítmica de That’s what you got o Keep your hands off, la insinuante, contagiosa y pegajosa Don’t you dare tell her o la sedosa balada I’ve bet and I’ve lost again, pidiendo un silencio que no es posible en un ambiente festivo. Pero si la presencia y la voz de Davies suponen uno de los centros de atención, la banda es la que sustenta todo el entramado rítmico, como no podía ser de otra manera, ensuciando la guitarra de Albert Greenlight cuando lo creen necesario, acercando el sonido a un garage-soul del que son más que dignos exponentes.

No, no son malos tiempos para estas músicas. Ni para estas fiestas, parece. Si uno sabe pasear fuera de los caminos marcados.

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