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martes, 10 de diciembre de 2013

Beachwood Sparks
Desert Skies (Alive Naturalsound Records, 2013)
El prólogo de lo que vendría


A ver, no es realmente un nuevo disco de Beachwood Sparks. O sí? No es realmente un epílogo a su vuelta del año pasado. O sí? Es más bien un prólogo a una carrera deliciosa pero corta, escueta, y sin embargo monumental. El caso es que tener una nueva rodaja de los angelinos siempre es un caramelo, de esos que te traen sabores de antes y de ahora, de siempre. Y Desert Skies es eso, una nueva rodaja, con cosas conocidas y otras no. (...)


Porque allá por el 2000, cuando salió su primera y homónima referencia, ya tenían preparado en cintas el que en su momento iba a ser su primer larga duración, que nunca vio la luz. Los chicos eran entonces sexteto, venían de formaciones que supuraban un halo a Sonic Youth o Dinosaur Jr, pero ya habían vuelto sus ojos a los sonidos de la Cosmic American Music, a todo aquello que había renacido desde la tradición a lomos de Gram Parsons y su Submarino, sus Byrds o sus Burrito Brothers, pero que mantenían como referencias más cercanas a Big Star y Teenage Fanclub. Y sí, en Desert Skies están más que presentes estas últimas, aunque no olvidan los maestros de los que provienen.

Y si lo que están queriendo demostrar es cómo y dónde nacieron, qué mejor que incluir su primer single de 1998, aquella joya publicada por Bomp! que contiene dos canciones que son simplemente antológicas. El Desert Skies que tanto suena a los escoceses pero que tiene uno de esos riffs que se te meten en el cuerpo de golpe y se resisten a salir para siempre jamás. Es una versión mucho menos country, más power-pop eterno, que la que abrió su debut oficial. Y de segundo plato, un Make it together que llega de lleno a esa esencia de pop bullicioso, melódico, coral que beatificaron para siempre los Beach Boys, una de esas canciones que puede salvar una vida, con ese regusto garagero que marcan los teclados. Aquel single era una joya, y recuperarlo ahora un regalo que es difícil de agradecer.

Luego incluye canciones ya conocidas, pero en su primera versión, como habían sido paridas. Un This is what he feels like que aquí vaga entre el glam, el garage y el pop de una manera subyugante. O ese Canyon Ride sin la profusión de slides, con menos sabor country pero con delicioso desarrollo sónico mirando de cerca a la psicodelia.
Y quedan Time y sus vuelos melódicamente psicodélicos, una de las joyas de este trabajo no nato hasta ahora, un Watery Moonlight con la influencia del pop-rock propio de su ciudad, la belleza de Sweet Julie Ann, una melodía de puro power-pop con clara reminiscencia de los 90, o ese Midsummer Daydream que se sumerge directamente en la lisergia y que termina en el más puro estilo ruidista y noise. Y añaden cuatro bonus, un sorprendente ritmo monótono en Charm pero manteniendo su base melódica, más versiones alternativas de Desert Skies, Make it together y Time.

Será un prólogo, pero contiene el corazón de uno de los grupos fundamentales de las dos últimas décadas, a pesar de habernos dejado con la miel en la boca, en cuanto a cantidad, durante tanto tiempo, pero siempre saciados, en cuanto a calidad.

Suena la corriente: "Desert Skies" - Beachwood Sparks



3 comentarios:

  1. Me gusta como te puedes imaginar. Voy a escucharlo bien porque en el tema que has puesto veo excesivas similitudes con los Teenage Fanclub, aparte de otros que citas, cosa que por otra parte es algo que me seduce mucho. Abrazo.

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    1. El disco en general corre mucho más paralelo a esa onda, pero me parece delicioso, como todo lo de esta gente...

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  2. Bueno, vaya grupo, espléndido y muy cercanos a mis idolatrados Big Star. Voy a buscar más información por ahí, gracias.

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