Páginas

jueves, 25 de febrero de 2016

Pete Astor
Spilt Milk (Slumberland Records, 2016)
El valor de la gema


Poco habría que demostrar cuando un disco comienza con una canción como Really Something, una melodía pop perfecta, una ambientación directa, sencilla, apropiada para la rutina diaria, pero con el brillo de lo que casi sin querer se convierte en misteriosamente atractivo. Sí, es jangle pop, pero elevado a la cumbre de la nostalgia, la melancolía y lo eternamente bello. (...)


No, un disco que comienza así no necesitaría mayores cartas de presentación. Y uno no puede dejar de evocar aquellos años en que otra melodía de unos queridos The Weather Prophets, Almost Prayed, le acompañó durante días y semanas. Es la capacidad de algunos artistas para conseguir pequeñas joyas que seguramente no serán de exposición en los mayores y más importantes escaparates de gemas delicadas y especiales, pero sí de las que consiguen cambiar la vida de quien las toca, posee o luce en un dedo. Pasan a ser nuestras con todo derecho. Así son gran parte de las canciones que a lo largo de los años ha creado Pete Astor. Desde aquellos tiempos de mediados de los 80 que le alumbraron como miembro de The Loft hasta su posterior y comentada encarnación con The Weather Prophets, años de Creation Records, pasando por una escueta y atractiva carrera solitaria cuando ambos proyectos ya no cumplieron las propias expectativas autoimpuestas por Astor.

Quien ahora, profesor en temas musicales en la Universidad de Westminster, es espoleado por un antiguo alumno suyo para volver a tallar dichas gemas y dejarlas grabadas. Poca presentación necesita en estos momentos James Hoare, que desde aquellos Veronica Falls hasta, sobre todo, los actuales Ultimate Painting, bien queridos en estas aguas, anda buscando a su vez la piedra filosofal del pop, la perfección de unas melodías que nacen con la etiqueta de tener que serlo. Y en los estudios de Hoare que anda convirtiendo en un nuevo santuario del guiño emocional, y con alguna ayuda instrumental de gente de Black Tambourine, Hefner, The Left Outsides, Male Bonding o Feathers, Astor se ha centrado en lo que sabe. Y eso es comenzar un disco con ese descrito Really something, pero seguido de Mr. Music, My right hand, la increíble y suave caricia de Perfect Life y el riff convertido en alma, vida y cuerpo de casi seis minutos de canción en la irresistible The getting there. Nadie dirá que el resto del disco no está a la altura, más cuando aún canciones como Sleeping Tiger tiene presencia estelar, pero es ese inicio el que ya marca el camino de una obra que seguramente ocupará pocos parabienes cuando se repase el año, pero los de los que los otorguen alcanzarán adjetivos mayúsculos y números de un solo dígito en cualquier lista.

Porque de muchos dígitos es el valor de esta gema.

Suena la corriente: "Really Something" - Pete Astor



2 comentarios:

  1. Maestro y alumno para hacernos disfrutar de lo lindo. Abrazo, my Lord of RR.

    ResponderEliminar