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viernes, 4 de diciembre de 2015

Los Tupper vs. Johnny Thunders & The Heartbreakers
Cavaliere vs. PJ Harvey
Izar & Star, Kafe Antzokia (03/12/2015)
Tú sigue así...


Continúa su alocada carrera el ciclo Izar & Star en pos de la destrucción definitiva de la neurona sana y decente que aún podemos usar con dignidad. Si la semana pasada, las confluencias de las fuerzas desatadas en Detroit con las alimañas propias de Bilbao dieron buena cuenta de nuestros no tan insobornables principios, qué puede esperarse si ayer nos bañamos en los mejunjes venosos propios de dos espectros como PJ Harvey y Johnny Thunders. Nada bueno para el alma, desde luego, pero todo para el cuerpo. Puro vicio. (...)


El dúo formado por el guitarrista Álvaro Segovia (que ya nos había disparado como miembro de The Hustlers la semana anterior) y Galder Creo, bajo el nombre de Cavaliere, se bañan en la ponzoña que entre el ruidismo y los ritmos cortantes son capaces de extraer de su instrumentos. Así que tan inquietante mundo sonoro encaja a la perfección con el cancionero de PJ Harvey, sobre todo si lo adscribimos en su mayoría a su primera, y más llena de arañazos, época. To bring you my love comienza desértica, con teclados sobre el riff base de la canción, para dar pase en Dress, ya con la batería a pleno piñón, a esos sonidos desabridos, duros y cortantes sobre los que Segovia es capaz de generar más electricidad. Y ya sea con el Hardly wait de las Track Demos o con un Meet ze Monsta lleno de efectos, demuestran que las canciones de Polly Jean están mucho más allá del género sexual, llenas de fuerza y con su embaucador perfume secreto. Como despedida, las dos piezas propias de Cavaliere sonaron a cantautor sucio y distorsionado, entre incitaciones en castellano a la violencia y a la supervivencia. Al fin y al cabo, dos caras de la misma moneda.

Que Los Tupper son uno de esos combos capaces de transmitir la idea malsana que puede tener en sí mismo cada riff de guitarra es algo más que sabido. Pero a la vez poseen la fuerza del rock’n’roll más fresco y directo y el melodioso bálsamo propio del power-pop. Y por encima de todo, tienen canciones, como esa brutal Susie in the night time con la que abren y ante la que ya nos rendimos públicamente cuando presentaron su último disco, Yesterday’s Pizza, en el Kafe Antzokia hace ahora casi un año. Así que durante esa primera parte de concierto, nos abofetearon con la canallesca propia de canciones de dicho disco, de los aires Stones de Turn me on a la arrastrada e intensa lectura del By the Riverside, del blues oscuro de Hard-On al anfetamínico r&b de Walkin’ the road, pura esencia pub-rock, pasando por unos cuantos estrenos sabrosos. Pero estábamos allí para honrar la memoria de uno de esos discos capaces de soportar sobre sus surcos buena parte de la historia viciosa de todo un género. Un L.A.M.F. que convirtiera el desparrame de Johnny Thunders & The Heartbreakers en un listado de himnos beodos, fieros, divertidos y malsanamente entrañables. Así que con el apoyo de la guitarra de David Sonic Trash y convertidos en zombies de las aceras de Bilbao, ahí se lanzaron a lomos del Born to lose. Ocho trallazos los que dispararon casi en apenas 20 minutos, que aquellos chicos airados tenían las ideas nubladas pero la urgencia en las venas. I wanna be loved y Goin’ steady suenan a lo que son, borracheras nocturnas, Let go a punk’n’roll con el sabor de la diversión, It’s not enough a reposado cántico de pedo lloroso, con un espléndido punteo de David Hono, y One track mind, la ramoniana Chinese Rocks y el desbarre final de Pirate Love a eso mismo, a desbarre.

Ah, oiga, y no venga con que si el sonido, que si la conjunción, que si la banda, que si este riff o el otro, que si el espíritu o lo físico…
Que estamos hablando del puto L.A.M.F., por el amor de Satanás!

Suena la corriente: "Susie in the night time" - Los Tupper


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