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martes, 13 de octubre de 2015

La Granja / The Extended Plays
Satélite T, Bilbao (10/10/2015)
Más de veinte años


Hay noches en que lo único que apetece es quitarse el mono de la supuesta objetividad, esa que sabes debería presidir más de un escrito pero a la que, seamos sinceros, poco caso hacemos. Y esas noches, simplemente el objetivo es embutirse los ropajes del fan, tomarte unas cervezas y disfrutar con unas canciones que acompañaron buena parte de una juventud ya bastante lejana. No, no está nada mal volver a sentir aquéllo que vivimos cuando tuvimos algo más de 20 años sobre la tierra.(...)


Tras la perfecta descarga de aromas sixties de The Extended Plays, cabalgando y dominando ritmos y melodías que merecerán un acercamiento más pausado, y tal vez como si lo intuyeran, como si ellos mismos supieran que el tiempo no es más que un bastardo contador de memoria que lo mismo avanza que retrocede, La Granja, uno de los mejores exponentes musicales de lo que es el power-pop que dieron los años 80, basan prácticamente todo el repertorio en sus cuatro primeros discos. Sí, es la base de una carrera que apenas tuvo un corolario posterior antes del parón que les hizo saltar definitivamente al siglo XXI, donde grabaron dos discos más, el último hace ya más de diez años. Pero es que aquellos La Granja (1987), Soñando en tres colores (1988), Azul Eléctrica Emoción (1989) y Deliciosamente Amargo (1991) contienen uno de los ramilletes de canciones más espectacular que ha dado el rock y el pop español. Canciones que no alcanzaron del todo el mainstream comercial, pero que en más de una ocasión estuvieron cerca, e incluso parecían buscarlo. Y sin embargo, cada una de ellas bebía de las esencias en las que nadaban sus creadores, del garage (El chico de la moto, Vitamina D, Inés, Sufro por ti, Anita Reyes...), del power-pop de melodías eternas (Por quien doblan las campanas?, Qué cerca veo el final, La mala traición, Los chicos quieren diversión...), del glam con sus aires a rock'n'roll (Más de veinte años...), de versiones con carisma (el She's got a new spell de Billy Bragg transmutado en la preciosista Magia en tus ojos, el High School de MC5...), del pop-rock nacional tan propio de la época (Fuimos chicos rebeldes, El hombre que puso al mundo en pie de guerra...). Manteniendo así la base de seguidores fieles que les sustentaron posteriormente.

Y evidentemente ellos son conscientes del paso del tiempo, un grupo que jugó con él en muchas canciones, que ahora no le queda más remedio que transcribir aquel 'más de veinte años sobre la tierra' en un más que probable 'más de veinte años en cada pierna'. Así que a aquel pasado casi tan inmediato dedican la práctica totalidad del concierto, reconociendo que lo suyo son como aquellos planes quinquenales soviéticos tan reacios a las novedades y desarrollos coyunturales. Pero es que sin duda es lo que quieren escuchar unos oyentes que observan un impecable lleno en el abigarrado Satélite T, a tenor de los botes, bailes y caras de indescriptible satisfacción que demuestran a la salida del bolo. Y, por el amor de dios, dejemos esa odiosa tercera persona y reconozcamos nuestra propia cara de satisfacción. La satisfacción del fan.

Pero además, la del fan que escucha más de una veintena de clásicos, y que lo hace comprobando que Guillermo aún demuestra una voz más que poderosa y armónica, la base rítmica continúa en su punto de ebullición y las guitarras siguen siendo capaces de conjugar melodías y riffs de puro jangle, de pura pasión. Pero sobre todo, comprobar que unas canciones, que en su momento sufrieron los rigores de las grabaciones de la época, siguen soportando el peso de su grandeza sobre sí mismas.

Humilde, pero grandeza.

Suena la corriente: "Los chicos quieren diversión" - La Granja


2 comentarios:

  1. Asistimos a menudo a la sonrojante vuelta a los escenarios de grupos poperos que, peinando canas, cantan a las chicas de instituto....viejos verdes jeje! Sin embargo, las letras de La Granja mantienen vigencia. Así el grupo las defiende con credibilidad y el público las corea con emoción. El sábado en Satélite T todos/as disfrutamos como enanos!!!

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    1. Toda la razón, poco más que añadir. En su época ya eran letras con sentido... Para bien o para mal, muchas lo mantienen hoy en día. Sí, un concierto enorme

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