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lunes, 21 de septiembre de 2015

Mechanik / Nazca / Bloom
Concurso Villa de Bilbao, Bilborock (18/09/2015)
Abriendo fronteras


Segunda jornada de la edición pop-rock del Concurso Villa de Bilbao, y como suele ser habitual durante la primera semana, esta vez transcurre en viernes en lugar del usual jueves. Por lo que se agradece la novedad de contar con un grupo invitado tras las actuaciones de los concursantes, como los guipuzcoanos Munlet. Ya en el 2008 quedaron subcampeones en dicho concurso y obtuvieron el premio a la mejor banda vasca, y el reencuentro con el electro-punk lleno de chulería (y a la vez inocencia) glam de la pareja es más que bienvenido. (...)


Metidos ya en harina, los madrileños Mechanik es la primera vez que actúan bajo ese nombre en Bilbao, nacido como la propia idea de la banda, “muy basada en el krautrock alemán de los 70, que tiene ritmos muy mecánicos, a raíz del ritmo golpeante y repetitivo de la batería. Así surgió Mechanik, la dinámica repetitiva, monótona pero no aburrida.” Aunque ellos mismos admiten una evolución de la banda claramente contrastada en el directo, “pasando en el segundo disco a ambientes más psicodélicos y más experimentales en el tercero”. Cinco años como banda tras sus primeros escarceos juntos, ya fueran diurnos o nocturnos, les han dado para fijar ideas plasmadas en una primera trilogía en forma de ep’s y posteriormente tres larga duración, “el primero editado con un sello inglés, Fruits de Mer, y los dos siguientes con un sello ruso, RAIG Records, pero todo muy independiente, underground… Ahora la gente no está obligada por el mercado, hacen lo que les gusta y el público interesado les busca, es algo más allá de un revival, ahora hay muchas más salidas”. Son los caminos por los que corre su música, presentada de modo continuado durante la media hora preceptiva, sin interrupciones, instrumental, creando ambientes entre lo psicodélico y lo etéreo, “realmente somos un grupo muy hippy, pero dicho ello por la forma en que nos juntamos y hacemos las cosas, no funcionamos en modo continuo. Surge un disco, nos juntamos, lo machacamos, y luego a lo mejor nos dispersamos. De hecho, la banda ha tenido más frutos que bolos hemos dado, solemos buscar ambientes especiales con luces y visuales”, aunque los obvian en el Villa por cuestiones logísticas de organización. Siendo alguno de ellos viejo conocido del certamen bajo el manto de otra banda, reconocen que “Bilborock suena muy bien, el festival lleva muchos años y junto al Villa de Madrid son referencia, pero nos plateamos objetivos a corto plazo, tocar es lo importante. Aunque a pesar de nuestro planteamiento abierto, mantenemos planes, en febrero entramos a grabar de nuevo”. Seguiremos pasos.

Cambio de tercio musical completo es el que se produce con los bilbaínos Nazca, que basan su propuesta en un pop juvenil muy cercano a similares que desde eso llamado el indie estatal han alcanzado reconocimiento masivo especialmente entre los más jóvenes. “El nombre viene más por el lugar peruano, nos gustó la sonoridad, el rollo esotérico, de orígenes desconocidos. Aunque tampoco está mal que se asocie al verbo nacer”. El grueso de la banda proviene de otra de nombre Q-Back Rise, “pero cambiamos todo el concepto, pasamos de inglés a castellano, de una influencia más british, más Arctic Monkeys, a una más según lo que nos salía, no tanto con un objetivo o un espejo al que mirarse. Seguramente nos fijamos en alguien, pero subconscientemente. Así que de alguna manera nos reinventamos en Nazca”. Reconocen que el cambio de idioma fue fundamental, “poder escribir y componer en tu idioma habitual te permite transmitir mucho más, ser más ameno, más natural. De aquí hemos escuchado mucho a grupos que cantan en castellano, como Cordura, Maderacore, Señores…, y han sido una influencia para nosotros”. Parecen tratar de escapar en parte de la etiqueta de pop comercial, “nos describen de muchas formas, pero hacemos un pop-rock extraño, a nuestra manera. Desde fuera puede ser pop, desde dentro no tenemos una línea”. Al fin y al cabo, sus escasos nueve meses les puede mantener aún en formación, “nuestro primer ep, ‘Fotograma en bpm’, lo terminamos de grabar en marzo de este año. Lo hemos autoeditado, porque creíamos que era el paso más lógico”. A pesar de experiencias como haber tocado este año en el Bilbao BBK Live como ganadores del Gaztea Maketa Lehiaketa 2015, siguen viendo el Villa como “una manera de que les vea gente nueva, tratar de seguir creciendo”.

Por su parte, los franceses Bloom, naturales de Burdeos, lo ven todo como algo nuevo, al ser su primera salida al extranjero. “Tocamos cada semana en un club, y ellos nos enviaron un correo con la información del Villa, y decidimos ir adelante. Conocemos alguna banda que ya había tocado aquí, desde Bélgica, así que nos dijimos por qué no”. Con la metáfora de la flor floreciendo como idea principal, “nuestro nombre es una buena imagen para expresar lo que somos cuando creamos todas las canciones, y lo que podemos dar cuando tocamos en directo”. Llevan tres años y medio como banda creando unas canciones que buscan el baile desde la alternativa orgánica de la instrumentación clásica pero con la presencia fundamental de la electrónica marcando la mayor parte de los ritmos. “A veces es difícil encontrar músicos que se enrolen en una banda que se toma las cosas en serio, que tocan todos los días, así que sí hemos tocado con otra gente y otros músicos, pero Bloom es algo que nos tomamos muy en serio. Eso sí, en Burdeos hay muchas bandas porque hay muy buenas infraestructuras para la música… Posiblemente, sea la mejor ciudad de Francia para tener una banda, desde luego es más fácil que en París”. Y acto seguido se erigen en puros prescriptores turísticos: “No solo para la música, Burdeos es la mejor ciudad de Francia para todo (risas)”.  Y sobre su mezcla de electrónica y pop, defienden la misma importancia para sus dos almas, “el pop es como nuestra esencia, y la electrónica la forma, necesitamos ambos para expresar lo que somos”, y para ello ofrecen su primer ep, ‘Neon Cityscape’, publicado en febrero. Así que como es obvio, esperan que a través del Villa puedan “tener una audiencia, al menos aquí por el norte. Por supuesto que nos gustaría ganar, estamos aquí para intentarlo, pero no sólo para ello. Para nosotros tocar fuera de Francia es genial y excitante”. Y reivindican que, más allá de sus influencias, de nombres como Two Door Cinema Club, Foals o Phoenix, “lo más importante es que hacemos nuestra propia música”.




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