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viernes, 6 de marzo de 2015

Los Radiadores
Gasolina, Santos y Calaveras (Bonavena Música, 2015)
Preparando el próximo incendio


Han pasado treinta minutos llenos de espasmos guitarreros y tensión, cuando comienza el lento serpentear de unos Círculos concéntricos capaces de ir envolviéndote irremediablemente, apasionadamente, de ir creando un manto que a la vez deviene en mundo interior, en el que poder esconderse, solo dos, tú y yo, abrigados por un crecer de guitarras y teclados que adormecen entre aires psicodélicos. (...)


Es sin duda un final de disco de los que marcan época y adquieren el riesgo de dejar para el adiós algo tan terriblemente hipnótico, hermoso, una canción que vale por todo un trabajo. Y que a la vez, aún con matices, puede significar el único soplo de luz que se cuele por entre los acordes. Una vez más, Los Radiadores entregan un disco líricamente oscuro, letras que trazan líneas imaginarias sobre las que blandir la katana, marcas territoriales sobre las que derramar la gasolina antes de prender fuego a lo conocido y ya no válido. Es un nuevo grito desesperado, lleno de rabia, de esa que muchos sentimos ante lo que nos rodea. Pero lanzado el graznido sin lugares comunes, evitando panfletarismos tan malsanos como lo que va a quemarse. Los valencianos prefieren hacer arder santos y calaveras, dar golpes en la pared A cabezazos hasta sangrar, romper todo en estos Tiempos de destrucción, tragar los sables con los que tenemos que comulgar/vomitar en más de una ocasión Sin dejar de sonreír, pillando carrerilla para llegar Hasta el final. Hasta esa mayúscula versión que enfrentan de El Hospital, la canción de Carlos Berlanga y Nacho Canut que demostrara su ángulo pop en manos de Alaska y Los Pegamoides. Los Radiadores la deconstruyen en base a un soberbio riff de guitarra que va empapando cada angustia del enfermo, si cabe más desvalido que en la original, más asaeteado por cada filo de la guitarra. Una estupenda lectura que nos ofrece un pop dado la vuelta, y que encaja perfectamente en la negrura general.

Y ahí en medio, entre guitaras que rechinan sobre bajos que llevan el peso rítmico, que beben lo mismo del after-punk que del pre-punk, del muro de sonido de Detroit que de la humedad de los almacenes  donde guardaban las armas de Brixton, de gritos patrios que van de La UVI a Surfin’ Bichos, más Lagartija Nick que 091 y picando de ambos, uno encuentra las benditas soledades iluminadas de la mencionada Circulos Concéntricos o de un hallazgo tan tensionado como Buzo. Entre guitarras arrastradas, Raúl Tamarit bucea en sí mismo buscando la canción que dedicar a ella y va encontrándose con las inacabadas que traen nombres del pasado, rostros que ya fueron pero que uno encuentra cuando busca.

Y es ese pasado el que Tamarit, con la compañía de El Joven, Perrín y Metralla, va dejando atrás, ensombreciendo aún más el ya rígido y todavía vigente Manual de Supervivencia para ir preparando y avivando el próximo incendio.

Y que nosotros nos quememos, pardiez.
*Compra el disco a tu dealer habitual o a través de Bonavena Música
Suena la corriente: "Buzo" - Los Radiadores


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