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jueves, 26 de septiembre de 2013

Radio Futura
La canción de Juan Perro (Sony Music Legacy, 2013)
La revuelta orgánica


*Autor: Jaime G. López "Desperdicios"

Lo confesamos: nos atrapó la luna de Agosto sin haber podido hincarle el diente a la reedición del disco cumbre de Radio Futura, La Canción de Juan Perro, lanzada justo antes del verano. Con un poco de retraso aquí os traemos nuestra reseña una vez hechos los deberes. (...)


Hablando desde mi posición como generación bisagra entre aquélla que creció a los ritmos de esa época dorada para el rock que fueron los años 80 en España, y la que renegó de todo lo anterior con la entrada del indie en los 90, uno tiene cierta sensación de que el legado de Radio Futura ha quedado un poco perdido. Ellos son parcialmente responsables de ello. Por un lado, siempre tuvieron claro que volver a juntarse por cuestiones monetarias era traicionar ese legado. Por otro, han ejercido de duros guardianes de su obra, evitando la prostitución de la misma con continuas reediciones u otros experimentos de grandes superficies. Como consecuencia, parece que su obra ha quedado congelada en la memoria de la legión de seguidores de la época, sin haber trascendido a las siguientes generaciones. Cierto es que tampoco las generaciones de músicos posteriores, ni las coetáneas a ellos, se han preocupado por reivindicar su legado. Nos gustaría creer que este trabajo que ahora lanzan servirá para corregir ese olvido, aunque tal y como está la música hoy en día, resulta difícil de creer que esto vaya a ocurrir y simplemente sirva para retroalimentar a los convencidos.

La aparición de una serie de textos en la revista digital Efe Eme con las visiones de Enrique Sierra (que se publicó póstumamente tras su prematuro fallecimiento), Luis y Santiago Auserón sobre la creación del mismo, nos ha descubierto una historia bastante interesante, que supongo la mayoría desconocía, sobre las circunstancias que rodearon el alumbramiento de este disco.

Parece que antes de la grabación del mismo, los hermanos Auserón y Sierra, pasada la resaca de la primera parte de los 80, se dan cuenta de que hay que volver a las raíces, olvidarse de los diabólicos sintetizadores y cajas de ritmos de la época para recuperar sonidos orgánicos de una banda de rock&roll y reincorporar la batería (Carlos Torero) y los teclados (Pedro Navarrete) en sustitución de aquéllos. Conseguir sonidos más flexibles con un batería que pudiera adaptarse a los nuevos ritmos que estaban explorando sin perder la pegada y la fuerza de una banda de rock que entendía el directo como una parte fundamental de su trabajo. Esto hoy día puede ser difícil de entender pero en aquel entonces era toda una declaración de intenciones en un grupo que quizás había abusado hasta entonces de los sonidos y efectos de los estudios de grabación. 

Buscaban volver a lo orgánico para intentar conseguir plasmar esa visión por un lado negrista de la música, que siempre tuvieron, y por otro las inquietudes líricas de Santiago. Curiosamente, esta reedición ha venido a coincidir con la publicación por Santiago Auserón  del libro El Ritmo Perdido, tratado sobre el influjo negro en la canción española donde desarrolla parte de la teoría musical que Radio Futura pretendió alcanzar a nivel lírico y rítmico.

Así que con esta refundación de Radio Futura se encerraron en el local de ensayo para dar forma al nuevo repertorio. Y lo que salió nos atrevemos a decir que es la mejor y más duradera cosecha de la banda.

Una vez terminadas las canciones y cerrados los arreglos se pusieron en manos del productor británico Joe Dworniak , quien se había encargado de la producción en Londres de su trabajo anterior, De un País en Llamas, y que se encargaría de producir también este nuevo trabajo. Con él graban con sonido profesional en los estudios madrileños de RCA las maquetas del disco utilizando una vieja mesa abandonada de los años 60 y con la que consiguen un espectacular sonido para una grabación de estas características.   

Con las ideas claras sobre lo que tenían que conseguir y con el trabajo de su manager Paz Tejedor para ajustar un presupuesto limitado se planea y se lleva adelante el gran plan, que no era otro que realizar la grabación del disco en Nueva York. Los estudios elegidos fueron los Sigma Sound en el 1697 de Broadway y con filiación soulera clásica y con gran actividad en aquellos momentos al ser los elegidos por David Byrne y sus Talking Heads en aquellos días.

Además, allí se echará mano de músicos locales para los arreglos, concretamente de los Uptwon Horns (James Brown, Mink Deville, Tom Waits, Stones) para los metales y del percusionista habanero y marielito Daniel Ponce para dotar de toques latinos a sus fusiones.  Con los primeros se tenderían lazos que llevarían incluso a estudiar la posibilidad de incorporarlos para la gira de presentación, aunque el proyecto no terminase de fructificar. Eso sí, en las posteriores visitas a la península de los mismos acompañando a los Stones, se producirían encuentros con Radio Futura.

Y lo que nos trae esta reedición es algo bastante inusual (o al menos uno no recuerda otro referente) y es un vistazo global al proceso creativo de creación de un disco. Por un lado, uno de los discos recoge las mencionadas maquetas con las canciones del disco al completo, otro nos entrega el disco remasterizado con el añadido de la versión extendida y rapeada de El Paseo con la Negra Flor (¡gran acierto!) y el tercer volumen nos trae un directo cálido y potente de la presentación del disco. Cuando suele ser costumbre incluir maquetas o tomas en directo, pero siempre parcialmente, ellos han optado por editar la experiencia al completo. Con lo que obtenemos una visión de 360º de aquel trabajo, desde su creación a su grabación y posterior plasmación en directo en la carretera. Como digo, una gran idea que ni siquiera han vendido como tal, curioso, yo lo hubiera hecho. 

Y qué decir del disco, su repertorio es apabullante y la mayoría del mismo se convertiría en las bases de su directo. Del potente rock de 37 Grados, En un Baile de Perros, A Cara o Cruz (y su crescendo latino) al blues de La Mala hora  o Luna de Agosto y su revisión de Edgar Allan Poe en Annabel Lee, del que su La Estatua del Jardín Botánico era deudora.  Pero en este disco sobresalen dos canciones que estaban llamadas a convertirse en dos de las cimas creativas del grupo, El canto del gallo y la Negra Flor (en su doble versión como hemos comentado antes). Ya saben, esa mezcla única de sonidos jamaicanos con latinidad que definirían al grupo y que tantos otros intentarían recrear después con escaso éxito. 

¿Qué decir de este disco? Pues que a pesar de tratarse de un disco de los ochenta, su producción es casi atemporal, algún ramalazo aún queda de sonidos y formas de grabar que hoy serían impensables. Su sonido es potente y contundente, cosa que se percibe ya al escuchar las maquetas grabadas en estudio profesional en Madrid. 

Por último, tenemos un directo de la gira del disco correspondiente al verano del 88 que a decir de algunos resulta más contundente y cálido que su siguiente trabajo, el directo Escuela de Calor. No estamos seguros, la verdad, seguramente a aquél le traicionó los medios y mezclas de la época y a éste lo contrario, ha sido limpiado, remezclado hasta ganar una potencia y un sonido muy contundentes comparado con los directos que inundarían el mercado en aquellos años. 

Esas canciones marcaron una época y han soportado increíblemente el paso del tiempo. Es como un reencuentro con una vieja novia del que uno guarda gran recuerdo. Escuchando esta reedición mi memoria me ha llevado a ese casete de mi hermano mayor y a esos dos conciertos en los que tuve la suerte de verles en directo en el verano del 90, en la que luego resultaría su última gira, la de Veneno en la Piel. Cuando desaparecen los grupos lo que queda es el legado y algunos como éste es necesario ser recuperado para las nuevas generaciones. Ojalá que trascienda.
*Autor del texto: Jaime G. López "Desperdicios"
Suena la corriente: "La Negra Flor" - Radio Futura



2 comentarios:

  1. Otra excelente reseña del señor "Desperdicios", en este caso de un discazo que marcó en su época, el de la madurez de esta inolvidable banda, aunque a mí me continúan gustando todavía más sus dos anteriores. Salud.

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    1. Ya ves, Johnny, cuando Desperdicios se pone, lo hace a conciencia... En cualquier caso, yo tengo dualidades con Radio Futura, a veces me atraen y a veces me espantan. Y pienso que nunca superaron el ep de La estatua... Pero son cosas mías, lo admito.

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