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jueves, 16 de mayo de 2013

David Bowie
The next day (Sony Music, 2013)
Ni tanto, ni tan poco


Ni tanto, ni tan poco. Ni tanto como muchos se lanzaron (nos lanzamos) a predicar oído el primer adelanto allá por enero, Where are we now?, ni tan poco como otros tantos han clamado una vez escuchado completo The Next Day, primer disco con material nuevo de David Bowie en diez años. (...)


Ni tanto, porque es ilusorio pensar que Bowie vuelva a reconvertirse como tantas veces hiciera a lo largo de su carrera, siempre un paso adelante de los que le rodeaban, siempre con unas miras musicales mucho más allá que el normal de sus coetáneos. A pesar de lo apuntado, Where are we now? no deja de ser una bonita melodía nostálgica, pero alejada de su trilogía berlinesa, porque esta fue fruto de una situación concreta irrepetible, en lo personal y en lo artístico. Porque sus diferentes etapas no pueden mimetizarse como si nada, estando como estamos, y está, en otro tiempo, en otro lugar, y en otra edad. Nada volverá a ser lo mismo, por más que aún haya seguidores que lo esperen, siempre en vano.

Ni tan poco, porque no vamos a negar que The next day tiene momentos potentes, canciones que en nada desmerecerían en una discografía vulgar, pero que tampoco deslumbran en una carrera como la de Bowie. La muerte, la ira, el asesinato, el suicidio, la guerra, están más que presentes en las letras, pero no dejan la sensación de disco claustrofóbico, porque ni su vida (a pesar del susto que le diera el corazón en 2004) ni su situación personal actual se asemejan a nada que pudiera parecer marginal. Y porque canciones como la que da título y abre el disco mantiene el pulso potente, Dirty boys juega con ritmos sincopados, guitarras distorsionadas y saxos libérrimos, en ambientes que recuerdan incluso a Nick Cave, The stars (are out tonight) o Dancing out in space tienen fuerza melódica, How does the grass grow? y (You will) set the world on fire se pegan como el chicle y no desentona nada el dramatismo teatral de You feel so lonely you could die.

Pero no se aleja mucho de los planteamientos de Reality (2003), que no era un mal disco, a pesar de ser tratado con sorprendente displicencia por crítica y público. Pero es que la pregunta sería si David Bowie tenía algo nuevo que ofrecer. Es cuestionable, aunque le media general de The next day le sitúa por encima de muchos otros discos de artistas de su generación. No creemos que su situación económica (se nos antoja bastante más listo que muchos de sus compañeros) tenga algo que ver. Posiblemente, el simple placer de hacerlo, y el que hayan sentido jugando de nuevo él y Tony Visconti, imaginando la cara de estupefacción que muchos pusimos ante el secretismo con que se llevó a cabo la grabación de un artista que la mayoría considerábamos ya retirado del mundanal ruido musical.

Aceptaremos que personalmente nos acercamos a The next day con un sentimiento de pereza casi insalvable. Y aceptaremos que personalmente ha recibido más escuchas de las esperadas.

Ni tanto ni tan poco. Posiblemente, este sea el Bowie de 2013.
Y pocos artistas podrán evitar ser tan escudriñados dentro de su propio contexto.

Suena la corriente: "The next day" - David Bowie



5 comentarios:

  1. Ni tanto ni tan poco, completamente de acuerdo, lo que sí es cierto es que el Duque jamás me defrauda.
    Siempre genial.

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    1. Hombre, no defrauda porque ya no le pedimos que sea el que fue. Pero sigue por encima de la media...

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  2. Me parece acertadísima la reseña, será porque además del análisis espectacular me identifico plenamente con ella. Ni tanto ni tan calvo.

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  3. Completamente de acuerdo, lo que esta claro que lo de la década de los '70 no volverá.Personalmente creo que el disco es un pelin largo y se hace pesado.
    Salud amigo

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