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lunes, 29 de octubre de 2012

Two Gallants
The Bloom and The Blight (ATO / Fargo, 2012)
Pasión de dúo


No podíamos estar equivocados. Somos muchos los que hemos caído rendidos ante la peculiar propuesta de Adam Stephens a la guitarra y Tyson Vogel a la batería, bajo el nombre de Two Gallants, como homenaje a un relato corto de James Joyce. Cuando les vimos en aquel ARF 2007 confirmaron todo lo que ya habían apuntado en sus dos primeras referencias, The Throes (2004) y el inmenso What the toll tells (2006). (...)


Es ese sonido entre el lo-fi, la herencia clásica folk americana, el robusto rock de guitarras de siempre en el espíritu y una actitud punk que en muchas ocasiones más se les intuía que lo que ellos mostraban. Todo ello adobado por ese microcosmos negro, negrísimo en las letras, que acaso poco a poco han ido abandonando desde el epatante The Throes. Eso sí, sus oscuras referencias bíblicas ahí continúan, hoy en día.

Tras el homónimo disco de 2007, iniciaron un parón que ha durado hasta ahora. Entre tanto, han grabado discos en solitario, han participado en proyectos paralelos, y Stephens casi pierde la vida en un accidente de tráfico.

Y aquí están de nuevo. Haciendo lo de siempre, pero más bestia, con su mismo espíritu, pero más salvaje, con sus dos instrumentos, pero más sucios. Stephens olvidando en parte las acústicas y distorsionando las eléctricas, y Vogel absolutamente desatado en sus tambores, como si le fuera en ello la defensa de su vida. Era ese sentido punk implícito el que ahora parece asentarse en primera línea. Y es que The bloom and the blight suena salvaje, suena sucio, suena dramático, pero suena a Two Gallants por los cuatro costados. El sabor del desierto, la herida abierta por la arena rozando en las costuras del pantalón está presente, como en todos sus trabajos. Two Gallants son uno de esos pocos casos en que hablar de evolución y cambio de objetivo sería desvirtuar una propuesta ya totalmente asentada. De momento, hoy por hoy, y con cuatro discos a sus espaldas, su personalidad está clara, y no hay por qué pedir cambios de dirección. De hecho, este The bloom and the blight ya podría entenderse como tal, cuando han endurecido su sonido. Pero lo han hecho sin perder sus señas. Juega a coger las canciones de sus cuatro discos, revolverlas entre sí, y ver los nuevos resultados. Todo tiene coherencia, todo suena a Two Gallants.

Y la razón no es otra que las canciones. Comienza Halcyon days y disfrutas de sus continuos cambios drásticos de ritmo, la voz desgarrada de Stephens, y llega la brusca melodía, que se te pega. Y si algo no te encajaba, te vas a Song of songs. Un comienzo delicioso para una explosión con consistencia. Y lo mismo en My love won’t wait o el dramatismo del estribillo de Ride away. Y contrastan con los momentos más acústicos, como en Decay, Sunday souvenirs o esa maravilla Broken eyes, que si fuera cantada por el último cantautor estaríamos hablando de la nueva estrella. De la misma manera que si Willie o Cradle pyre las interpretaran cualquier grupo de rock musculoso de raíz americana, hablaríamos de himnos.

Sí, hay canciones. Y sí, hay personalidad.
Y encima hemos logrado terminar la reseña sin nombrar a esas dos bandas a dúo de guitarra y batería en las que todos estáis pensando.
Sí, hay un grupo que tiene valor por sí mismo, y hay un disco que va a estar dando mucha guerra.

Y en unas semanas, podremos comprobarlo sobre el escenario:
+ 29/11 Barcelona (Music Hall)
+ 30/11 Madrid (Caracol)
+ 01/12 Bilbao (Sala Azkena)

Suena la corriente: "Song of songs" - Two Gallants



5 comentarios:

  1. A mi me encanta este disco, los recupero después de que su anterior trabajo me dejase algo frío. Saludos.

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    1. Pues fíjate que a mí el anterior me gustó, pero en este creo que se han superado. Y mucho.

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  2. Buen disco, unos de los grupos más originales e impactantes hoy en día.

    saludos

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    1. Totalmente de acuerdo. Sólo les he visto en directo en aquel Azkena, y ya tengo ganas de la próxima gira!

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  3. Coincido en lo de los favoritos del año. Crece a cada escucha. Y en este caso, no echo en falta desarrollos más largo. Me suena todo bien medido. Un gran disco, sin duda!

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