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jueves, 9 de agosto de 2012

Chris Robinson Brotherhood
Big Moon Ritual (Silver Arrow Records, 2012)
Hacia el infinito hippie


Hay gente que claramente daría lo que fuera por haber nacido en otra época. Supongo que aceptan como inevitable el momento en que viven, pero tratan de proyectar sobre este momento todo aquello que constituye su imaginería vital, su anhelo de volcar sobre estos tiempos grises un pasado que conecta mejor con ellos. No, no hablamos de Río Rojo. Podríamos, pero ahora nos referimos a Chris Robinson. (...)


Nadie duda del sopapo que supuso la aparición de The Black Crowes allá por 1990 con Shake your money maker. En una época aún tomada por los restos del brit-pop y que comenzaba a desperezarse con el grunge (en el 89 Nirvana ya habían publicado Bleach), no fueron los únicos ni los primeros en rescatar del baúl sonidos cercanos a Stones, Faces, influenciados por el blues y toda la estética de los 70, pero sí alcanzaron un lugar en listas y un prestigio en el mundillo musical fuera de toda duda. Para muchos, fue un soplo de aire fresco, a pesar de girar la cabeza dos décadas atrás, y reafirmar que no siempre tiempos pasados fueron peores, como tantas veces se había repetido desde los 80.

Los Crowes han continuado con su carrera y sus parones hasta la publicación del excelente Before the frost / Until the freeze en 2009 y la compilación revisitada Croweology un año después.

Tras eso, Rich Robinson ha publicado Through a croocked sun, un disco estimable que apenas supo defender en el último Azkena. Y su hermanito Chris Robinson, a lo suyo. Según su teoría, lo correcto es montar una banda, girar sin descanso durante al menos un año, entrar en un estudio, plasmar lo aprendido o desarrollado, y continuar girando. Y la Chris Robinson Brotherhood, convertida en nueva hermandad hippie, a ello se ha dedicado en cuerpo y alma.

Y nosotros que lo celebramos disfrutando de su primer trabajo, Big Moon Ritual. Un disco publicado en pleno 2012 pero que hubiera querido serlo en mitad de los 70. No rehuye ninguna de las esencias del rock expansivo nacidas en aquellos tiempos. Desarrollos instrumentales largos, espirales psicodélicas, sueños de la California que vivía aún, pero comenzaba a quitarse legañas, en el flower-power, y un amor incondicional por las estructuras marcadas a fuego por Grateful Dead. Canciones de duración extrema, desde los más de 11 minutos de la deliciosa Tulsa yesterday hasta los 7 de Tomorrow blues, la más corta. Y eso que escuchándolas se antoja que decidieron ceñirse a regañadientes a los cánones de la publicación discográfica: si por ellos hubiera sido, esas canciones podrían haber durado lo que el cuerpo les hubiera pedido.

Y sin embargo, el disco es más que estimable, ideal para escuchar bajo los más de 40 grados que estos días nos regala la meteorología. Con dos aspectos esenciales. Por un lado, la voz de Chris Robinson, en estado de gracia y perfecta para la música que nace de ella. Uno no se imagina esa tonalidad en manos de diferentes acordes. Y por el otro, la presencia a la guitarra de Neal Casal. El toque es limpio, imaginativo, delicado, pero capaz de insuflar a las canciones la emoción que precisan. Casal está labrándose una carrera cuyo prestigio aumenta por momentos. Hacedor de algunos discos en solitario que son gloriosas compilaciones de joyas power-pop (no olvidamos No wish to reminisce y Roots and Wings), contrapunto perfecto para Ryan Adams, y músico solicitado por todo aquel que quiera elegancia y vida en sus trabajos. 

Y en esta nueva hermandad demuestra su versatilidad. Las 7 canciones supuran Stones, Grateful Dead, Allman Brothers, incluso Pink Floyd (ayudado por los teclados del cuervo Adam MacDougall) por todas sus notas. Alma de jam-band con atmósfera tranquila.
Un disco genial para esos momentos en que adoras dejar volar la mente, con o sin ayuda agrícola.
Y un anticipo de una segunda parte, The Magic Door, que estará rodando en septiembre.

Suena la corriente: "Tomorrow Blues" - Chris Robinson Brotherhood



4 comentarios:

  1. Fantastico disco, ojalá le veamos por aquí el año que viene ¿Azkena-2013?
    Saludos.

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    1. Mmmmm, no tendría muy difícil superar a su hermano...

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