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jueves, 18 de octubre de 2007

A ver si va a ser...

Iba paseando de página en página cuando, sin aviso, caigo en este río lleno de maleza y hojarasca. Lo miro, leo, analizo, y todos los indicios parecen apuntar a que una vez me perteneció. No sé, mi cabeza no está muy centrada últimamente, así que no podría jurarlo, ni negarlo.(...)




Pero bueno, supongamos que sí, que un día fue mío. Veo que se ha tirado casi tres semanas en semiabandono (semi porque todavía continuaba pasando gente por aquí). Creo que nunca había estado tanto tiempo dejado de la mano de… dios?

Podría decir que lo que ha ocurrido es que he estado recorriendo medio mundo por razones no confesables, o que he sufrido una enfermedad difícil de combatir, o que he sido abducido por seres extraños que han usado mi cuerpo para perversos experimentos, o que me he leído del tirón los siete Potters (alguien apuntaba en los comentarios algo sobre la caída del Ministerio de Magia), o que se me estropeó el cacharrito y caí en un profundo (y nervioso) letargo, o que…

Podría decir demasiadas cosas, así que mejor me callo, y que cada uno piense lo que quiera.

Eso sí, la corriente continúa sonando, y disfruto ahora mismo de un tipo que bien podría ser la reencarnación del auténtico Roy Orbison. Su reino no parece de este tiempo, pero disco a disco, Richard Hawley demuestra que haber mamado los 50 y los 60 deja poso, mucho poso. Con esa voz emparentada directamente con Scott Walker, con esos guiños a Gene Vincent, con ese alma deudora de las lágrimas de Orbison, Hawley va camino de convertirse en el auténtico crooner de esta época, a pesar de que el éxito y el nombre se lo lleven otros, mucho más melifluos y prescindibles.

Lady’s Bridge es un ramillete de melodías y sentimientos.
Y sí, cada vez que escucho que las calles son nuestras, al menos esta noche, me entran ganas de seguir.

A ver si va a ser que el río estaba abandonado porque sigo enamorado!


Suena la corriente: "Tonight the streets are ours" - Richard Hawley