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miércoles, 30 de marzo de 2005

¿Yo maté a J.F.K.?

Han sido días de risas, de caricias, de paseos, de música (pensaba hacer el setlist para un viaje a Galicia, pero resultaba desde todo punto de vista pretencioso), días para volar. Gracias siempre.

Y también días de reflexión. Y creo que, una vez vuelto a la realidad rutinaria, ha llegado el momento de hacer una declaración en toda regla (pensaba convocar una rueda de prensa, pero volvía a resultar tremendamente pretencioso).

A ver si me explico. Hace unos tres (o cuatro, la memoria, ay, la memoria…) años viajé a Marruecos, para asistir a la boda del hermano de una amiga ceutí. Pude visitar Tánger (siempre sueño), recorrer un poco el país, charlar con sus gentes. Y la boda era musulmana, válgame el señor!

He vivido en Madrid, durante muchos años. Realmente, he crecido (al menos físicamente) en Madrid. La conozco y me gusta (aunque cada vez aprecio más ser un visitante de provincias cuando vuelvo).

Tengo un amigo con casa de verano en Asturias, y cuando empieza el buen tiempo, solemos organizar algún encuentro. Ya se sabe, comer, beber y reir. Tres grandes verbos. Compartir.

Viví en Sudamérica, y allí, dos amigos masones me invitaron a asistir a varias reuniones de su club (no acepté, claro, no me gustan las élites).

Y encima, soy de (y actualmente, vivo en) Bilbao.

Vamos, todas las conexiones, todas las teorías, todas las conspiraciones, cumplidas. No entiendo cómo nuestros próceres, nuestros líderes, nuestros mentores (tan queridos y tan listos) no me han llamado aún a declarar frente a la comisión parlamentaria del 11-M. Ese camarote de los hermanos Marx (pero sin gracia) en el que han convertido algo muy serio. Pero tenemos lo que nos merecemos, aunque en el fondo, no nos los merezcamos.

Joder, y encima soy anticlerical, no lloro la muerte de Luqui y me importa un rábano el futuro de Rainiero. Y fumo, fumo muchísimo. Vamos, un dechadito de virtudes. ¿Pero en la COPE no se han enterado aún de mi existencia?

Que no, que no, que yo quiero seguir volando, sin periódicos, sin radio, sin televisión, sin Internet.
Que no, que no, que yo no quiero volver.



Suena la corriente: "Nashville" - Josh Rouse

martes, 22 de marzo de 2005

Dream

No sé usar el arma de Guthrie.
No sé usar el arma de Tweedy.
Nuca una pluma y una guitarra en mis manos harán algo parecido.

Yo solo sé soñar. Y estos días quiero hacerlo contigo.
Yo te contaré lo que vi. Yo te contaré lo que oí. Yo te cuidaré.

Y les usaré a ambos.


"Dream a dream with you"



Suena la corriente: "California Stars" - Guthrie & Wilco

lunes, 21 de marzo de 2005

La magia tiene sabor

Mi abuelo tenía la manía de soltar cada dos por tres frases lapidarias. Muchas las recuerdo, muchas más las olvidé. Las decía tan apasionadamente que más parecía que las escupiera. Desde dentro, donde decía que se cocinaba la vida. Desde las entrañas.

Muchas iban dirigidas a Ella, claro, mi abuela. Su principal pasión. Y que compartía con otras: sus amigos, sus libros, sus revistas, sus utopías, y su música. Siempre su música.

Y aún hoy me acuerdo: "La magia se puede masticar y tiene sabor". Me contó que muy pocas veces lo comprobó, pero las que lo hizo, no pudo olvidarlas. Se quedaron ahí grabadas para siempre, se convirtieron con el tiempo en su cueva sagrada, su templo, su religión a la que aferrase en los malos momentos.

Aquélla música de finales del siglo pasado y principios del actual, que ahora se nos antoja extraña, simple, arcaica, pero de la que aún algunos somos capaces de intuir la esencia clave: pasión.

Mi abuelo me repetía, la magia tiene sabor. Yo le preguntaba cuál era ese sabor, en qué ocasiones lo había probado. Y hablaba, no sé bien si desvariando. Pocas, muy pocas veces. Pero las veces que lo probó…

Y habló de seis tipos en el escenario, compartiendo aquellas entrañas con su gente, demostrando que, hace tantos años, el rock no estaba muerto, aún vivía, aún tenía el don de hacer vivir, de hacer sentir, de hacer sufrir, de hacer soñar. Seis tipos capaces de concentrar los sentidos sobre ellos. Alquimia de poesía y boxeo, de sangre y risas, de emoción y dolor. Sentir que nada y todo importaba. Que no eras un compuesto de piel y órganos, al menos durante un par de horas. Que eras otra cosa. Y que lo estabas viviendo.

La magia tiene sabor. Aquel día, hace tantos años, mi abuelo lo probó. En una ciudad del norte. Seis tipos en el escenario. Y uno de ellos por encima de todos. Uno de ellos devolviendo el sentido a aquella música.

Mi abuelo vio a Wilco en aquel lejano 2005, y nunca lo olvidó.



Suena la corriente: "A ghost is born" - Wilco

jueves, 17 de marzo de 2005

Rebelión de planos

Hay zonas de mi casa que me resultan territorios inexplorados. Paso sin entrar en ellas (y no, no me refiero a la ducha). Podría haberse asentado un campamento de sintierras, exigiendo la productividad perdida por falta de uso. No me sorprendería.
Hay otras en las que si al entrar encontrara varios cadáveres descuartizados, exclamaría un simple y tranquilo "coño, qué ha pasado!".
En alguna más, mantengo batallas muy cruentas con especímenes indeseables de fauna ciudadana. Sí, voy ganando la guerra. Creo que seré libre.

Paseo por la calle con mi música inyectada directamente en el cerebro. Y confundo canciones. Igual no es así realmente. Escucho lo último de Gov’t Mule. Bien, los ecos de Allman Brothers los tengo yo mismo.
Después los hermanitos Dickinson, los hijos de Jim Dickinson (lo siento, un hijo casi nunca se quita de encima el estigma de su padre, salvo que este sea un simple ciudadano anónimo) me soplan sus ideas a lomos de los North Mississippi Allstars. En algunos momentos los juegos de guitarras son puro Duane Allman. Claro, estos Mule! Pues no, son los NMA. Mis neuronas juegan a los mismos arpegios.

Hablo desde la oficina con Brasil. Luego llamo a la República (Dominicana, pero es que aquella palabra, ella sola, es tan bonita). Más tarde con Ecuador.
Cuando suena la llamada desde Cuenca, suelto un acento latino.

Me voy al estadio, y ni siquiera sé que partido voy a ver. El sábado veré a Wilco, y ya van dos personas a las que hablo de Elvis Costello (que ni siquiera sé si fue telonero de Springsteen, aunque es seguro que no).

Tenía varios planos, varios compartimentos. Se están empezando a comunicar. Entre ellos. Con vías de doble sentido.

Hay que poner coto a esta rebelión.
La semana que viene, me largo con Ella.



Suena la corriente: "51 Phantom" - North Mississippi Allstars

martes, 15 de marzo de 2005

Carne de manta

Que no, amigo, que no se trata de eso. Sacar un disco con un puñado de los artistas más conformistas del país realizando versiones de clásicos de la música brasileña y bajo el título "Samba pa ti" no deja de ser una simple operación de marketing, uno de esos palos de ciego que la industria musical acostumbra a dar en busca de su (improbable) salida del túnel.

No creo que ni una sola de las personas que se acerquen a este engendro y escuchen esas canciones por primera vez, acudan a las fuentes de dicha música. Sea usted más arriesgado, reedite incunables, con un buen libreto, un formato atractivo y a buen precio. Pero claro, eso exige imaginación y huevos. Y eso escasea.

Que gente como Lucrecia, Alejandro Sanz, Café Quijano, Rosario y demás quieran hacerme creer que adoran estas canciones (aunque su objetivo, no tan oculto, sea la autopromoción) me la trae floja. Que vendan millones de rodajas no indica más que el páramo de orejas sordas que florece por todos lados.

Porque vamos a ver, ¿alguien piensa que "esos tales Presuntos Implicados" arriesgarán algo, aunque sea una pizca, en su versión del Corcovado? Que la niña (ya bastante señora) tenga una bonita voz no le presupone adicción al riesgo. Supongo que jamás se acercará a lo que una vez hizo Javier Corcobado con su casi homónima canción. Pero claro, el riesgo es de los (dignos) perdedores.

Solo me quedo con una frase dicha por el pobre Antonio Vega (metido en cualquier sarao con tal de ganar unos euros para…, ejem, dejémoslo) hablando sobre esta música del cielo: "tiene ese juego armónico que siempre invita a imaginar".

Imaginación, justo lo que falta en estos bodrios.
Venga, si lo quieres regalar, ya sabes.



Suena la corriente: "Corcovado" Elis & Tom

jueves, 10 de marzo de 2005

Vivir de (en) el pasado

Porque en la vida siempre busco pequeñas cosas que ayuden a producir ese estado de ánimo que permita terminar cada semana con la mejor de las sonrisas (cosa a veces difícil, cierto, pero qué le vamos a hacer).

Uno tiene varias personales, íntimas, que a cuentagotas voy desgranando por aquí (supongo que es esa falta de pudor que se le supone a quien mantiene abierto algo como este Río). Ella siempre, principalmente.

Pero esta mañana leo una de esas que sí me producen cierta euforia. Porque está claro que ya no es el mismo, pero el señor Declan McManus me proporcionó en su tiempo momentos de sentimientos encendidos.

Elvis Costello creó alguna de las piezas pop más contundentes y turgentes de una época en que parecía que todo iba a estallar. Siendo un creador de eminente pop clásico, su influencia en/de el punk le valió el respeto de aquellos osados 70/80. Cómo olvidar aquellas giras organizadas por Stiff Records (imaginadas, porque yo ni las olí), donde podías saborear juntos a Nick Lowe, Ian Dury, Wreckless Eric y al Costello, con aquellos aromas Brinsley Schwarz y a oscuro y cervecero pub inglés. Por no hablar de otros artefactos de la factoría, Any Trouble, Graham Parker,... (en fin, merece un escrito aparte). No importaba casi nada, nos íbamos a comer todo (de hecho, nos bebíamos y nos "comíamos" casi todo).

The Attractions (ay, señor, el sello 2 Tone también merece letras aparte), el country, el pop, el ska, el soul, de nuevo el country, la música clásica del Brodsky Quartet, el jazz, además de innumerables colaboraciones con gente de distinto (y no siempre memorable) pelaje.

Hace años (mmm, recuerdos borrosos, no lo juraría) le vi como telonero de Springsteen en un estadio. No era ni el lugar, ni el momento. Ahora el 7 de Junio lo tendré en casa.

Ya, ya se que no se puede (debe) vivir del pasado, pero me gusta.



Suena la corriente: "The delivery man" - Elvis Costello & The Imposters

martes, 8 de marzo de 2005

Agendas

Siempre he odiado hacer planes por anticipado. Yo qué sé cómo estaré el día de la fecha. Ni siquiera dónde estaré. Por no hablar simplemente si estaré.

Pero caigo, qué remedio. La palabra agenda fue, es y será despreciada. Y yo la uso. Poco a poco va evolucionando, de las anillas, hojas y lápiz a la electrónica. Pero continua marcando su tiranía.

Leo las fechas. 19 de marzo, por fin Wilco. Qué será de mí el 19 de marzo. Puedo tener canas, bronconeumonía, colitis, alopecia. O puedo ser un ser normal. La máxima aspiración. La normalidad que te distinga de la anormal rutina. Pero Wilco, y al final acompañados de los apetecibles Sunday Drivers.

Y miro más allá en la Palm. Gov’t Mule el día 1 de Abril. Más largo me lo fían. Más cascado o más normal puedo estar. Pero lo más cerca que atisbo de alguien que haya tocado, mirado, hablado con los hermanitos Allman. No son lo mismo, ya lo sé. Siempre serán más duros, más Cream, más bluesy. Son otra cosa, pero cercanos.

Fechas, calendarios. Días y horas.
Y encima Rouco es agua pasada.
Y yo con estos pelos.
Y yo recién llegado. Me acurruco en sus brazos.
Quiero seguir viajando, pero con Ella.



Suena la corriente: "A ghost is born" - Wilco

lunes, 7 de marzo de 2005

Palabras más, palabras menos...

Las palabras sólo son palabras.
Hace dos años empezó a hacerme volar.
Y el viaje continua.
Gracias.
Siempre.



Suena la corriente: "Over and over" - Neil Young

martes, 1 de marzo de 2005

El arte de pegar la nariz

Dejo atrás el monstruo y el caos, guardándole algo más de cariño que anteriores veces, posiblemente por haber podido conocerla un poquito más.

Y lleno la maleta de una buena lluvia tropical, de esas que uno solo puede imaginar hasta que la vive para darse cuenta que es mucho más, que es un diluvio que limpia de raíz, que si creyera en el significado de los bautizos éste sería divino (hombre, para eso también tendría que creer en la divinidad). Me doy cuenta cuánto las he echado de menos.

La lleno de esos personajes que, los busques o no, siempre encontrarás por aquí. Seres estrafalarios, personajes de novela, que son capaces de hacerte comprender que tu vida es todo menos sustancial. Inglés casado con brasileña. Ella vive en Inglaterra. Odia Brasil. Él vive en Brasil. Odia Inglaterra (sinceramente, creo que odia más a su mujer que a Inglaterra). Capaz de pronunciar tres mil palabras en un minuto en su fascinante portuespanglish. Capaz de hacerte saborear el silencio cuando se marcha a las tres de la mañana a trabajar. ¿Trabajar? Traductor. Pagaría por leerle.

Guardo en un rincón las jodidas consecuencias de la cachaça. Letal al día siguiente, pero agua de vida durante el trago.

Escondo un poco más abajo la pobreza. Y los ojos vidriosos, oscuros si te asomas a ellos. Desilusión. Siempre viene después de la ilusión. Lula se los iba a comer a todos. Como si alguien pudiera dar un golpe sobre la mesa del sistema. Nunca le dejarían. Nunca le dejarán. Pero su fe en él continua. Más fría. Menos inocente. Pero fe.

Guardo esos grafitis imposibles. La última moda. Miras a una desvencijada mole de 20 pisos. Parece que se va a caer (ya, joder, pero esta no arde). Y en las paredes exteriores del piso 15 lees Zona Líder. Las bandas marcan su territorio. Pero no entiendes cómo coño se pueden descolgar para hacerlo precisamente ahí. En el monstruo, los territorios son verticales.

Cierro la maleta. En la bolsa de mano llevaré las piedras y los discos. Ya buscaré hueco para pasarlos a mp3. Mmmm. Sao Paulo Independente. Borderlinerz. Cielos, si parecen suecos en pleno ataque guitarrero!!!
Y Chico, claro. Y más.

Y me largo a Curitiba. Ciudad que no conozco. Ciudad que no conoceré. Me pagan por no tener tiempo. Por estirar el que no tengo.

Joder, y entonces de dónde coño sacas estos comentarios?
El arte de pegar la nariz al cristal de la ventanilla del taxi.
Ya, y el arte de vivir con cuatro horas de sueño.
Para qué quiero más.



Navegado en Curitiba, Brasil
Suena la corriente: "Black Diamond" - Borderlinerz