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miércoles, 16 de febrero de 2005

Vendas de seda

Escuchaba esta mañana en la radio una entrevista al líder del Sinn Fein Gerry Adams. Muchas palabras, unas interesantes, otras menos. Y curiosidades varias.

Vale, no quiero que me digan que me quedo en las ramas y no veo el tronco. Majaderías. Para alguien que nunca ha dibujado un corazón con nombres en madera alguna, las ramas son más atractivas que los troncos. Y sé de lo que me hablo, que ya pasé mis años de trabajo en un aserradero (el olor de la madera nunca se olvida).

Decía el tal Adams que durante los duros años del thatcherismo, su situación era muy complicada, e incluso estaba prohibido cualquier tipo de entrevista con él. Por lo que los medios, hábiles ellos, realizaban la entrevista, transcribían las respuestas, y después eran actores los que interpretaban al entrevistado.

Siempre me ha asombrado la capacidad de los Estados para ponerse vendas en los ojos. Lo que no existe, no pasa. Lo que no se oye, no existe. Lo que se interpreta, no se oye.

Y recuerdo que me contaban la historia de aquel dictador subtropical, que para levantar los ánimos de sus súbditos, establecía la temperatura climática por decreto.
Hoy, 27 grados.
Pero si nos estamos achicharrando.
Nada, hombre, si sólo hace 27 grados.
Quién lo dice.
El Supremo.

Como verídica me la contaron. Y quién soy yo para ponerla en duda.
Ves, hoy hace unos 23 grados. Nos ha jodido, así ya puedo ser feliz.

Ay, esas vendas en los ojos, qué suaves son a veces, cuando las necesitamos!



Suena la corriente: "The Irish Rover" - The Pogues